El Estado Español posee un sistema eléctrico sobredimensionado. Su potencial es totalmente desmesurado para las necesidades reales de hoy en día. En los últimos seis años, la potencia eléctrica instalada ha aumentado diez veces más que lo que ha crecido la demanda de Energía.
Concretamente, desde el año 2005 y hasta el 2011, la potencia instalada (sobre todo fruto del incremento de centrales de gas de ciclo combinado) ha aumentado un 35,7%, al mismo tiempo que en esa etapa la demanda de corriente eléctrica apenas ha subido un 3,4%. Pagar todo este sistema sobredimensionado es caro.
Y ahí está la raíz de las causas principales que explican el déficit tarifario (que mueve al Gobierno a aprobar continuas subidas del recibo de la luz), y no las primas de las fuentes de energías limpias. Así, lo explican los portavoces de la Asociación de Productores de Energías Renovables-APPA, que denuncia los nuevos recortes de las primas a las renovables acordado hace unos días por el Gobierno. APPA ha vuelto a criticar la “improvisación” con la que actúa el Gobierno en materia de estrategia energética y ha lamentado que “se señale” continua y erróneamente al sector de las renovables como culpable del déficit de tarifa español.
En un encuentro en Barcelona, el presidente de APPA, José Miguel Villarig, ha asegurado que el Gobierno trata “especialmente mal” a su sector, sobre el que recaen buena parte del peso de las medidas impulsadas para disminuir el déficit de tarifa. Villarig desmintió rotundamente que las primas que reciben las energías renovables sean las causantes del déficit tarifario. Y puso varios ejemplos para explicar su tesis. En el año 2005, el déficit tarifario era de 3.830 millones, mientras que las primas que recibieron las renovables fue de 798 millones. Por su parte, en el año 2008 ese déficit alcanzó los 5.819 millones de euros, mientras que las primas eran de solo 2.423 millones de euros.
Villarig recalcó que el déficit que acumulan las eléctricas se produce porque se les “ha reconocido un gasto que no ha sido repercutido al consumidor”, aunque la génesis de estos costes reconocidos son muy cuestionables.
“La Unión Europea ha dicho que el mercado eléctrico no funciona en España; que no hay competencia, y que se ha generado una sobrerretribución de algunas tecnologías de Energía, como la nuclear y la gran hidráulica, que tienen instalaciones con 30 y 40 años de funcionamiento, pero se les paga al mismo coste que a las demás”.
APPA cuestiona radicalmente el actual modelo de estructura tarifaria, que hace que la tarifa se forme con el gasto de las tecnologías más caras. La generación de energía en una planta hidroeléctrica es de unos 3 euros/MWh y en una nuclear de entre 12 y 15 euros/MWh pero se les desembolsa hasta 40, 50 o 60 euros por MWh, como a la tecnología más cara (carbón y gas). “La Union Europea rechaza que tecnologías ya amortizadas puedan disponer estos beneficios extras caídos del cielo”, explica Villarig. “Durante tiempo, estas tecnologías han estado sobrerretribuidas”, sentencia Jaume Margarit, gerente general de APPA.
APPA valora que una inmensa parte de la raíz del déficit acumulado por las eléctricas posee que ver con el exceso de potencia instalada, sobre de las plantas de gas de ciclo combinado. Desde el año 2001, se han creado en el Reino de España 27.123 MW de potencia de centrales de gas ciclo combinado (“más que todas las fuente renovables”). Pero esas inversiones, promovidas por la iniciativa privada sin cortapisas por el Gobierno, se han demostrado desmesuradas. “Estamos ante un exceso de potencia; ante instalaciones que no se utilizan. Su factor de carga es del 25%”, explica Villarig. Es como si tres de cada cuatro plantas de ciclo combinado no se utilizaran. No obstante, estas centrales reciben subvenciones por estar paradas, agregan: un caso que merece la censura total de APPA. Las centrales de gas de ciclo combinado se han presentado como las garantes de la energía eólica, pues actúan de respaldo cuando no hace viento y no se mueven los molinos. Pero APPA ve desmesurado la compensanción que reciben simplemente por estar paradas. Son costos subvencionados (“pagos por capacidad”, en confuso terminología técnica) que han pasado de 305 millones de euros en el 2008 a 1.535 millones en el 20111.
“Las primas a las fuentes renovables compensan y reconocen una práctica, algo que se ha hecho; en cambio,la subvención a las plantas de ciclo combinada retribuye algo por el mero hecho de existir, aunque no funciona.” Jaume Margarit.
Otros costes “incomprensibles” para APPA que se añaden a la factura eléctrica son los pagos por ininterrumpibilidad, un concepto ayuda reducir el recibo de la luz a las grandes compañías por el derecho a que se le corte el suministro ante una necesidad perentoria del sistema de tener de ese suministro. Esta partida suma ya 497 millones. “En los últimos cinco años, no ha sido necesario interrumpir el suministro, pero ha aumentado esta compensación por esta eventualidad, a la que nunca ha hecho falta recurrir”, denuncia Villarig, que criticó igualmente los fuertes incrementos de los costes de transporte y distribución de energía, cuando el gasto ha bajado.
APPA dijo que el Gobierno “vuelve a señalar a las fuentes renovables como causantes del déficit”; y que un modelo de ello es el último real decreto aprobado por el Ejecutivo, por el que se modifica el método para actualizar y acogerse a las primas de las renovables al mismo tiempo que se prevé reducir su retribución.
Villarig ha considerado que este real decreto junta los planteamientos de la patronal eléctrica Unesa y supone “la guinda del pastel” de la estrategia de acoso y derribo del Gobierno contra las renovables, a las que condena en muchas situaciones a la “ruina”. Aún así espera que se tramite como un plan de ley en el Congreso para evitar “más daños”.
Fuente: Efimarket.
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Concretamente, desde el año 2005 y hasta el 2011, la potencia instalada (sobre todo fruto del incremento de centrales de gas de ciclo combinado) ha aumentado un 35,7%, al mismo tiempo que en esa etapa la demanda de corriente eléctrica apenas ha subido un 3,4%. Pagar todo este sistema sobredimensionado es caro.
Y ahí está la raíz de las causas principales que explican el déficit tarifario (que mueve al Gobierno a aprobar continuas subidas del recibo de la luz), y no las primas de las fuentes de energías limpias. Así, lo explican los portavoces de la Asociación de Productores de Energías Renovables-APPA, que denuncia los nuevos recortes de las primas a las renovables acordado hace unos días por el Gobierno. APPA ha vuelto a criticar la “improvisación” con la que actúa el Gobierno en materia de estrategia energética y ha lamentado que “se señale” continua y erróneamente al sector de las renovables como culpable del déficit de tarifa español.
En un encuentro en Barcelona, el presidente de APPA, José Miguel Villarig, ha asegurado que el Gobierno trata “especialmente mal” a su sector, sobre el que recaen buena parte del peso de las medidas impulsadas para disminuir el déficit de tarifa. Villarig desmintió rotundamente que las primas que reciben las energías renovables sean las causantes del déficit tarifario. Y puso varios ejemplos para explicar su tesis. En el año 2005, el déficit tarifario era de 3.830 millones, mientras que las primas que recibieron las renovables fue de 798 millones. Por su parte, en el año 2008 ese déficit alcanzó los 5.819 millones de euros, mientras que las primas eran de solo 2.423 millones de euros.
Villarig recalcó que el déficit que acumulan las eléctricas se produce porque se les “ha reconocido un gasto que no ha sido repercutido al consumidor”, aunque la génesis de estos costes reconocidos son muy cuestionables.
“La Unión Europea ha dicho que el mercado eléctrico no funciona en España; que no hay competencia, y que se ha generado una sobrerretribución de algunas tecnologías de Energía, como la nuclear y la gran hidráulica, que tienen instalaciones con 30 y 40 años de funcionamiento, pero se les paga al mismo coste que a las demás”.
APPA cuestiona radicalmente el actual modelo de estructura tarifaria, que hace que la tarifa se forme con el gasto de las tecnologías más caras. La generación de energía en una planta hidroeléctrica es de unos 3 euros/MWh y en una nuclear de entre 12 y 15 euros/MWh pero se les desembolsa hasta 40, 50 o 60 euros por MWh, como a la tecnología más cara (carbón y gas). “La Union Europea rechaza que tecnologías ya amortizadas puedan disponer estos beneficios extras caídos del cielo”, explica Villarig. “Durante tiempo, estas tecnologías han estado sobrerretribuidas”, sentencia Jaume Margarit, gerente general de APPA.
APPA valora que una inmensa parte de la raíz del déficit acumulado por las eléctricas posee que ver con el exceso de potencia instalada, sobre de las plantas de gas de ciclo combinado. Desde el año 2001, se han creado en el Reino de España 27.123 MW de potencia de centrales de gas ciclo combinado (“más que todas las fuente renovables”). Pero esas inversiones, promovidas por la iniciativa privada sin cortapisas por el Gobierno, se han demostrado desmesuradas. “Estamos ante un exceso de potencia; ante instalaciones que no se utilizan. Su factor de carga es del 25%”, explica Villarig. Es como si tres de cada cuatro plantas de ciclo combinado no se utilizaran. No obstante, estas centrales reciben subvenciones por estar paradas, agregan: un caso que merece la censura total de APPA. Las centrales de gas de ciclo combinado se han presentado como las garantes de la energía eólica, pues actúan de respaldo cuando no hace viento y no se mueven los molinos. Pero APPA ve desmesurado la compensanción que reciben simplemente por estar paradas. Son costos subvencionados (“pagos por capacidad”, en confuso terminología técnica) que han pasado de 305 millones de euros en el 2008 a 1.535 millones en el 20111.
“Las primas a las fuentes renovables compensan y reconocen una práctica, algo que se ha hecho; en cambio,la subvención a las plantas de ciclo combinada retribuye algo por el mero hecho de existir, aunque no funciona.” Jaume Margarit.
Otros costes “incomprensibles” para APPA que se añaden a la factura eléctrica son los pagos por ininterrumpibilidad, un concepto ayuda reducir el recibo de la luz a las grandes compañías por el derecho a que se le corte el suministro ante una necesidad perentoria del sistema de tener de ese suministro. Esta partida suma ya 497 millones. “En los últimos cinco años, no ha sido necesario interrumpir el suministro, pero ha aumentado esta compensación por esta eventualidad, a la que nunca ha hecho falta recurrir”, denuncia Villarig, que criticó igualmente los fuertes incrementos de los costes de transporte y distribución de energía, cuando el gasto ha bajado.
APPA dijo que el Gobierno “vuelve a señalar a las fuentes renovables como causantes del déficit”; y que un modelo de ello es el último real decreto aprobado por el Ejecutivo, por el que se modifica el método para actualizar y acogerse a las primas de las renovables al mismo tiempo que se prevé reducir su retribución.
Villarig ha considerado que este real decreto junta los planteamientos de la patronal eléctrica Unesa y supone “la guinda del pastel” de la estrategia de acoso y derribo del Gobierno contra las renovables, a las que condena en muchas situaciones a la “ruina”. Aún así espera que se tramite como un plan de ley en el Congreso para evitar “más daños”.
Fuente: Efimarket.
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