Está emergiendo un nuevo orden mundial de la energía. Estos son algunos de los eventos que han transformado profundamente esta industria, sus mercados y, en definitiva, el planeta.
1. China se convierte en el mayor consumidor de energía. En 2010,
China superó a EE UU como el mayor consumidor de energía del mundo. Ese año, el
gigante asiático consumió un 4% más que EE UU, desplazándolo del primer puesto
que ocupaba desde 1900. China es también el líder en la generación de energía
limpia, especialmente solar y eólica. Y acoge a 26 de las 63 centrales
nucleares actualmente en construcción en todo el mundo.
2. La revolución del gas de esquisto. La tecnología para
extraer energía de esas rocas es la mayor innovación en mucho tiempo. Gracias a
estas nuevas técnicas es posible que en 2020 Estados Unidos llegue a ser el
principal exportador de energía del mundo. También Polonia, México, China y
Francia tendrán más recursos energéticos. Naturalmente, hay sobradas razones
para preocuparse por el daño al medio ambiente que puede causar este tipo de
explotación. La esperanza es que una combinación de mejoras tecnológicas y
regulaciones gubernamentales pueda mitigar estos riegos. Ojalá.
3. El protagonismo energético pasa de Oriente Próximo a América.
Los nuevos productores de hidrocarburos en el hemisferio occidental están
desafiando la hegemonía energética de Oriente Próximo. En Brasil se han
encontrado enormes yacimientos de petróleo mar adentro. En Canadá y Venezuela
están las mayores reservas del mundo de petróleo pesado. México volverá a ser
un importante productor, Colombia ha aparecido en el mapa de la energía y EE UU
va en camino a ser un exportador neto. América es el nuevo epicentro energético
del planeta.
4. El renacer petrolero africano. Históricamente, en África
solo Nigeria, Libia, Argelia y Gabón habían sido importantes exportadores de
gas y petróleo. Ya no. Cada vez más países africanos se incorporan al mapa
mundial de la energía. Guinea Ecuatorial y la República de Congo se han
convertido en productores de cierto peso y Ghana, Sudán y Uganda también son
ahora países petroleros. Tanzania y Mozambique exportan gas natural. Kenia,
Madagascar y Etiopía desarrollan prometedores trabajos exploratorios. Hay 17
países africanos produciendo petróleo y gas. El continente ha adquirido
súbitamente una presencia sin precedentes en los mercados de la energía.
5. Las siete hermanas ahora son centenares de hermanitas.
Durante gran parte del siglo XX la industria petrolera estuvo concentrada en
siete grandes empresas conocidas como “las siete hermanas” (Exxon, Shell,
etcétera), quienes controlaban todas las fases del negocio, desde la
exploración hasta las cadenas de venta al consumidor. Este cartel se fue
rompiendo con la aparición de las llamadas empresas “independientes” y con la
fuerte expansión de petroleras estatales como la saudí Aramco, la venezolana
PDVSA o las de los emiratos del golfo Pérsico. En la década de los noventa
algunas de estas compañías nacionales comenzaron a invertir y producir fuera de
sus países, y hoy concentran el 52% de la producción mundial de petróleo y
controlan el 88% de las reservas. Centenares de empresas “independientes” de
las siete hermanas o de las compañías estatales también están reconfigurando la
competencia en la industria.
En el nuevo mundo energético de hoy impera la feroz rivalidad entre
empresas de todas partes con propietarios, objetivos, estrategias y tecnologías
muy variados. La competencia es un cambio revolucionario en esta industria.
6. La expansión global de las petroleras chinas. Hasta los años
noventa, las empresas petroleras de China no aparecían en la lista de los
actores importantes. Hoy en día están en todas partes y tienen un peso enorme
en la industria. En muy poco tiempo, gigantes como CNPC, CNOOC y Sinopec han
alcanzado fuera de China hasta el 20% de su producción total. PetroChina
produce más petróleo que ExxonMobil, por ejemplo. La estrategia del Gobierno
chino tiene como objetivo asegurar y diversificar sus fuentes de suministro, y
las empresas, naturalmente, son la punta de lanza de este esfuerzo vital para
la estabilidad del gigante asiático.
Una de las mayores
sorpresas del nuevo orden energético mundial que se está perfilando es que la
escasez quizás deje de ser la preocupación central. De acuerdo con un estudio
de Citigroup, la demanda de petróleo está llegando a su punto máximo y a partir
de 2020 comenzará a declinar. Estas transformaciones le cambiaran la vida a más
gente en el mundo que muchos de los sucesos que discutimos a diario.
Fuente: El Pais
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